Gelem Gelem…
Anoche, subieron por los muros de la Casa de Sefarad en
Córdoba los gritos de miles de gitanos desde la garganta de una sevillana
gitana y judia : Macarena Giráldez.
Eran ellos gritando su dolor, su desgarro dentro de aquella
barbarie de los “civilizados arios”, de aquellos terroristas legitimados por
gran parte del pueblo.
Los quejíos rotos del flamenco nacieron del dolor, por eso,
en ocasiones como estas y en artistas como Macarena, los “ays” que se
intercalaban con el “Gelem, Gelem” arrancaban escalofríos imposibles de
describir con palabras.
Allí quedó ese irrepetible Himno Gitano, en la noche
cordobesa, en aquellos muros de la Casa de Sefarad que tantas cosas podrían
contarnos de nuestros antepasados andalusíes, de los que tantas cosas tenemos
que aprender.
Allí quedaron los gritos y los silencios de un flamenco personal
para recordar a aquellos hombres, mujeres y niños victimas inocentes , a
aquellos gitanos cuyo delito era solo ser gitano.
