18 julio 2015

Andalucía como pretexto



Corren, se dan codazos, sonríen, escriben, saltan si hace falta para destacar sobre los demás y que su líder los vea y los bendiga.  Ya no importa lo que dijeron, ni lo que abrazaron también con ardor gritando al mundo quienes eran y que colores eran los suyos.
Son los adoradores del Arco Iris,  los que después de tormentas y lluvias siempre miran a ver si es el violeta, el amarillo,  el azul o el rojo el color que mas les atrae para el tiempo de calma, que suele durar  cuatro añitos y quien sabe si muchos mas .
Se visten de iluminados, se inspiran mientras hablan con los ojos cerrados, hay un atisbo de emoción en algunas de sus frases… mas por escucharse a ellos mismos que por el contenido de lo que dicen. Son “gente preparada”, intelectuales muchos de ellos que practican en la teoría eso de ser “gente llana” pero que se ofenden si tienen que pagar un autobús como todos sus compañeros y compañeras del partido que defienden para ese momento del ego de sus vidas, para ese viaje hacia su propia vanidad disfrazada de lucha política por los demás.
Ahora toca otro viaje “ a ver si éste por fin me eleva a las alturas del Congreso o del Senado”  piensan. Pero tienen que argumentarlo y encontrar el pretexto. Cogen el manual colorista y eligen el color que  mas posibilidades tenga para que no canten mucho las verdaderas pretensiones y, por supuesto, que sea el que mejor marketing progresista tenga en su haber… ah y que sea nuevo porque si no ya va a ser difícil de colar.  Una vez elegido, toca defenderlo a capa y espada como defendieron el anterior. Se emocionarán igual, cerrarán los ojos inspirados y luego mirarán al líder a ver si ha visto su pasión y les da la bendición para que las primarias no les fallen.

Pobre Andalucía. Siempre de unos y de otros. Siempre prostituida por proxenetas que la venden al mejor cliente. Pobre de nosotros andaluces que vamos y venimos al compás de los hilos de los intelectuales, de los medios, de los últimos que llegan ofreciendo , como magos, el milagro.

Ahora toca de nuevo el verde y blanco señores.

¿Quién da más? Que la adjudicamos al mejor postor… hagan sus apuestas señores que esta tierra es muy generosa … apuesten y vayan preparando sus trajes para el Congreso de Madrid… No despojarse muy pronto del  verde y blanco … id con cuidado… pero cuando pase un tiempecito ya pueden ponerse otra ropa mas acorde con las pretensiones del líder.  Total se pongan lo que se pongan la condición es apretar el botón que le digan.

¿Pero ese no es el botón que antes había sido tan criticado por los que – bandera en mano- se declaraban nacionalistas andaluces?

Eh, eh eh… cuidado con los términos señora… nacionalistas no… defensores de Andalucía…

Ah, perdone usted, habré escuchado mal durante algún tiempo. Disculpe no quería faltarle. ¿No era usted el que oí en aquel mitin?

Era yo pero los tiempos han cambiado.  Ahora todo es circular y si lo piensa bien… piénselo bien… ¿a que el verde y blanco mezclado parece morado?

Pues creo que no… esa combinación no llega al morado… mi modesta opinión

Que si mujer, verá que cuando yo se lo explique lo va a entender y lo va a ver claramente. Si soy un experto en cambiar y mezclar los colores.

Si usted lo dice…

Magos. Sacan del mismo sombrero cualquier baratija para sorpresa del público , el posterior aplauso y no abandonar los escenarios . Magos de la palabra a la que revisten de una calidad intelectual a prueba de lectores dispuestos a ver como es verdad que el blanco y verde se convierte en morado, o en azul o en rojo de la forma mas natural… y a cualquier defensa del mago.

Aún quedan pocos y pocas – que podrían y podrán ser muchos- que no sólo tienen una paleta y pinceles para demostrar que nunca el blanco y verde puede ser morado sino también otra herramienta contra la que no se puede vender bisutería : la memoria.
Hagan lo que quieran magos de la política, vayan donde quieran, defiendan lo que quieran y lo que les de notoriedad, compren la mejor tabla para la surfear la cresta de la ola… y vístanse del color que quieran. Están en su derecho, pero no usen Andalucía como pretexto. Canta mucho  de cante algo sabemos. 

11 junio 2015

Experiencia política : pasado enriquecedor.


He visitado mi blog tras la última entrada de Abril y he cambiado la cabecera y las fotos. He vuelto a ser “Pilar Távora” sin candidatura y sin logo de partido . Nada más ha cambiado. Todo lo que está escrito y hecho ahí queda porque todo lo volvería a escribir y a hacer de nuevo.
Soy nacionalista andaluza, andalucista claramente de izquierda – más allá de la pertenencia o no a un partido- y no seré ninguna otra cosa en lo que a ideología política se refiere aunque ahora quieran poner de moda lo del “ni ni”.  No me gustaron nunca los eufemismos con los que pescar votos y mientras esa terminología sea la que entiende la gran parte de la sociedad será la que se emplee para no confundir.  Con todas las consecuencias.
Tenemos un ilusionante camino por recorrer, así lo siento. Yo lo tengo con mis nuevos proyectos – como lo tuve siempre- y también con la apasionante tarea de volver a llamar al corazón y a la razón de los andaluces para que algún día seamos una tierra con ese poder propio tan necesario – imprescindible – para progresar verdaderamente como pueblo.  No abandonaré jamás ese camino y, aunque como decía Aumente “te dan ganas de tirar la toalla, irte a tu casa con tu gente , volver a tus asuntos y mandar a paseo al pueblo andaluz” no podemos hacerlo. Yo no puedo y confieso que ganas si me dieron mas de una vez y no sólo en estos últimos años en los que he estado dando la cara en política.
No cambio una casa visitada en Torreblanca, una mirada de petición de ayuda en San Jerónimo, una palabra de aliento en las calles de los barrios de Sevilla, un café en  El Esqueleto de polígono sur, una reunión con quienes tanto hacen por los que menos tienen desde sus asociaciones, una conversación con mis compañeros y compañeras de la gestora de Sevilla sobre una campaña que sabíamos imposible pero que abordábamos como si no lo fuera… no cambio nada de esto ni muchas otras experiencias vividas por nada, no hay que recuperar el tiempo perdido porque no siento haberlo perdido sino ganado. He ganado en amigos y en amigas, en ganado en hacerme más fuerte con tantas adversidades, he comprobado que sigo teniendo capacidad de asombro ante la maldad de algunos y que hay algo aún – a pesar de los años- de ingenuidad en mi pero , hasta esto, lo doy por válido.
En este blog solo ha cambiado un logo y una definición porque cuando las cosas cambian no podemos quedarnos anclados y eso es pasado. Ya no soy candidata a nada pero sigo siendo fiel a una ideología y a unos principios en los que no caben huidas ni traición.
Ahora nos toca caminar con todos esos andalucistas de ley como yo los llamo , con todos los que se necesitan para andar juntos y seguros, con todos los que creen en las posibilidades de este territorio maltratado. No sobra nadie porque hay tarea y merece la pena afrontarla. Lo haré como una Pilar Távora que está ya inmersa en sus proyectos profesionales pero que no da ningún portazo a la lucha social, a la lucha cultural, a la lucha en andaluz. Todo lo contrario : sigo teniendo -como siempre tuve- abiertas de par en par puertas y ventanas.

17 marzo 2015

Los enterradores y el Ave Fénix



Palas y picos  junto a otras herramientas inmateriales están siempre dispuestas, año tras año – y van ya casi 50-  para cavar esa fosa en la que el deseado “cadáver” sea enterrado.  Pero oye, que no hay forma. ¿Qué tendrá la tan traída y llevada criatura que no hay quien la mate? Y  mira que tiran a dar… pues nada, que no, con las ganitas que tienen algunos de enterrarla. ¿Será que está hecha de algún material que los enterradores desconocen porque no es materia usual en ellos? ¿Será que hay algún ingrediente en la dieta que ayuda a resistir y resistir y resistir  -endeble muchas veces, con apariencia de abatida la criatura… ¡Ahora, ahora - dicen los enterradores-!  Y cuando ya están las palas y los picos en alto de nuevo, para - por fin- dejarla bajo tierra… oye que no hay forma, joder, de nuevo parece que se recupera, qué fastidio.
Y con esto de los enterradores se me viene a la cabeza el Ave Fenix, esa figura mitológica de la que decían que sus lágrimas eran curativas… y me pregunto ¿será por eso que no hay quien mate a la criatura en cuestión? Lágrimas me consta que ha derramado y el dolor nos suele hacer más fuertes a todos… y sigo el hilo de mis pensamientos intentando descubrir el secreto. Pensando, pensando, se me ocurre imaginar que por fin consiguieran enterrar al deseado cadáver.  ¡Lo hemos conseguido!! Gritarían todos dándose unas manos que nunca se dieron con el muerto en vida. ¿Qué pasaría después? ¿Dormirían los enterradores más tranquilos? ¿Serían más felices? ¿Se reconciliarían con sus parejas? ¿Brincarían de contentos el resto de sus vidas? ¿Se acabarían sus problemas? ¿Tan importante es el deseado cadáver para que haya tanto enterrador esperando? ¿No se cuenta por ahí que es una criatura enclenque? Entonces ¿Por qué tanto enterrador para algo tan enclenque?  No me cuadra. No me cuadra. Y sigo intentando averiguar por qué tanta  inquina con “tan poquito”. Ah… mira… pero ¿ese no era parte de la criatura? Si, si, me contestan. ¿Y lo que tiene en la mano no es también una pala? Si, si, me vuelven a contestar ¿y por qué quiere enterrarla? Silencio.
Dicen que el Ave Fenix tenía la capacidad de renacer de sus cenizas pero las cenizas llegaban cada 500 años así que echando cuentas, como la criatura  tiene 50 aún faltan 450 más. No creo que haya enterrador actual que viva para verlo, siento darles ese disgusto. Hay una diferencia digna de destacar entre el Ave Fenix y nuestra criatura:  el color de las alas.  El mitológico cuentan que tenía las alas de color fuego, rojizas con  unos amarillos resplandecientes… reflejos del sol.  Las de nuestra criatura las tiene verde y blancas. Por lo demás, habrá que esperar 450 años. Consuélense… seguirá habiendo enterradores y , quizás, dentro de 450 años lo consigan. Pero no olviden que, incluso así, volverá a renacer de sus cenizas.  Simple comentario por si quieren dedicarse a otras cosas más productivas los enterradores.
VIVA ANDALUCÍA LIBRE!! 

13 octubre 2014

Cataluña- España... Breve consideración


Llevamos meses teniendo el debate soberanista catalán en primera página. Programas televisivos, periódicos, entrevistas, manifestaciones… no hay un solo día en que no se escuche algo sobre el tema ni un solo informativo que no lo mencione.
Lo veo y escucho y asisto a todo ello con indignación. No por el debate del derecho de los pueblos a decidir – que no es el que está en la palestra – y con lo que estoy de acuerdo. Los pueblos tienen derecho a decidir y hacerlo dentro de unas  nuevas formas de convivencias en las que todos nos sintamos bien.  Y hay que encontrar esas formas como se encontraron , en su día, las de la transición.  Existen . Solo hay que tener voluntad política para comenzar el camino. No voy a entrar - ya no sería una breve consideración- en ningún análisis sesudo ni visceral. No es la intención.
¿Y entonces la indignación? La indignación la provoca algo muy distinto : mientras durante meses en el Estado y en los medios se ocupan de Cataluña- España,  se ignora y se desprecia con la indiferencia a un territorio : el andaluz, con la mayor tasa de paro de toda la Unión Europea  y al 80 % de jóvenes andaluces que , como sus abuelos, vuelven a pensar en la emigración para sobrevivir. Parece que no es lo bastante importante para llamar la atención del Estado ni para ocupar horas de debate político.
Y , al mismo tiempo, me apena ver como entramos en el juego de la distracción y el silencio de los andaluces.  

04 mayo 2014

30 años de soledad




Recuerdo un cartel de los últimos años del franquismo en el que se leía :  “Si el andaluz acomodado piensa en Madrid y el andaluz pobre piensa en Barcelona, ¿quién piensa en Andalucía?”
Muchos años-más de 40- han pasado desde entonces y más de 32 desde la redacción definitiva de nuestro Estatuto de Autonomía y sin embargo, no nos suena extraña ni lejana la pregunta de aquel cartel que con alguna variante podría imprimirse hoy.
En aquellos años del franquismo y en aquellas luchas, se multiplica el interés de muchos intelectuales y artistas andaluces por la cultura y por una conciencia de pueblo latente en movimientos no sólo culturales sino también sociales y políticos. La autonomía que engendrada en un sorprendente 4 de Diciembre en el que los andaluces salen en masa a mirar a las comunidades llamadas históricas de “tú a tú” y al resto del Estado afianzando su derecho como país, era una herramienta necesaria, fundamental  para comenzar a encontrar soluciones propias a nuestros problemas jugando en ello un importantísimo papel  la cultura, definida como lo hace la antropología, como “un conjunto de conocimientos y valores colectivos que orientan los comportamientos y relaciones entre las personas y de estas con el mundo y dan significado a la existencia de los individuos y del pueblo que se identifican con ella a través de los elementos que son marcadores de identidad”  
En aquel 4 de Diciembre en el que gritaba esta identidad, al pueblo andaluz no sólo le temió el gobierno, que puso todas las trampas posibles para que nunca llegase a la autonomía por el 151, sino la mayoría de partidos que tenían sucursal en nuestro territorio y aspiraciones de gobernar el Estado. Por un lado, para ellos era la gran oportunidad de garantizarse el poder usurpando un andalucismo latente en aquellos millones de andaluces. Por otro, la ocasión precisa para, una vez llegados al poder, hacer las maniobras políticas necesarias para mantenerse en él y desarticular y diluir aquella clara conciencia de pueblo que fluía por las calles y a la que tanto contribuyó la cultura. Una vez apropiado el estallido andaluz y en sus manos,  ya podía comenzar a destruirse comenzando por manipular la verdad sobre el propio desbloqueo del Estatuto. Con la ley en la mano, la autonomía se pierde el 28F. Me corresponde y es de justicia decir que fue gracias al articulo 144 -con el que dieron los andalucistas - encabezados por Alejandro Rojas Marcos -con lo que se logra desbloquear una camino sin salida hacia el 151 y se dota a Andalucía de una autonomía del mismo rango que la de Galicia, Cataluña y Euskadi. Este logro andalucista se vende como traición y aún sigue en el imaginario colectivo. Políticamente no se podía permitir un éxito andalucista en aquellos momentos: restaba demasiados votos que hacían falta para llegar a Madrid.
Con el Estatuto ya en la mano y el engaño dando frutos se comienza la labor de desactivación haciendo caso omiso a los propios mandatos estatutarios.
Durante la dictadura tanto la oligarquía andaluza  como los intelectuales que sirven al poder niegan y bloquean la cultura andaluza y la utilizan para simbolizar la cultura del Estado, españolizándola y difundiéndola como una manifestación folclórica, frívola, prostituida y propia de un pueblo inculto y colonizado. En democracia y con un estatuto andaluz que ordena lo contrario se hace lo mismo -de forma enmascarada e inteligente- y con igual resultado de bloqueo y negación.
El Estatuto, en lo que refiere a la cultura y la identidad cultural andaluzas, establece objetivos y competencias que podrían haberse convertido en una excepcional arma transformadora, en unos pilares claves  para afianzar la conciencia andaluza y en un poder necesario para influir y tener una voz propia, necesaria y decisiva en el Estado Español. Andalucía, en su Estatuto, se define como una nacionalidad y se reconoce su identidad histórica garantizando el acceso de todos los andaluces a los niveles educativos y culturales que les permitan su realización personal y social afianzando la conciencia de identidad andaluza, a través de la investigación, difusión y conocimiento de los valores históricos, culturales y lingüísticos del pueblo andaluz en toda su riqueza y variedad”.  Papel mojado. La cultura andaluza y el afianzamiento de una conciencia de pueblo, lo mandara o no el Estatuto, nunca fueron respetados en Andalucía por lo que, consiguientemente, no podrán serlo en el resto del Estado. Nuestros políticos no parecen haber creído en el pueblo andaluz, en sus capacidades ni en sus posibilidades de desarrollo cultural y social, ni en una cultura diferenciada y enriquecedora, ni utilizaron el poder con el que nos dotaba nuestro estatuto como poder político frente al poder central, ni movieron un solo dedo para consolidar nuestra identidad en las generaciones que siguieron a aquellas del 4 de Diciembre, ni tuvieron nunca un proyecto político propio excepto aquel que servía para mantenerse en el poder autonómico, elección tras elección, no como gobierno propio sino como una gran sucursal abierta en Andalucía de quienes siempre nos han gobernado. Hablarán, como conquista, de infraestructuras de todo tipo, de avances tecnológicos, de una sociedad del bienestar a la que hay que salvar pero jamás se ocuparon ni ocuparán en obedecer los mandatos de nuestro Estatuto para el afianzamiento de nuestra identidad como pueblo.

¿Qué se enseña en los colegios y en los institutos sobre Andalucía? ¿Qué se está exportando como cultura andaluza? ¿Qué se ha hecho en nuestra televisión y radio públicas para cumplir con el mandato del Estatuto? ¿Qué imagen de Andalucía ha cambiado para el exterior en estos más de 30 años? Y entre los propios andaluces ¿qué concepto ,qué idea, qué concepción tenemos de nosotros mismos tras todos estos años?. ¿Qué entendemos por identidad cultural y política?. Me atrevería a decir que lo que se entendía en aquellos años del cartel nos gana por goleada.
Más de 30 años de autonomía para seguir de copla en copla, de palabra vacía en  palabra vacía; para que en las plazas de las ciudades y pueblos andaluces haya una figura de un tal Blas Infante que nadie sabe quién es ni qué proponía para nuestro pueblo, de banderas oficiales que no significan nada excepto cuando las desempolvan un 28F de 9 a 15 para que todos digamos un adoctrinado “Viva Andalucia”… sin “libre”, no nos vayamos a acordar de repente de aquel 4 de diciembre y vayamos a contaminar a nuestros jóvenes que ya se ha conseguido que ni sepan  qué pasó aquel día.
La cultura ya o es mercancía o no sirve, o es de nuevo complaciente  -en cualquiera de sus manifestaciones- o molesta. Si preguntas por el “Complot de Tablada” muchos jóvenes creerán que es el título de una película. La cultura académica permite que se salga de la universidad con un título pero huérfanos de nuestra identidad; y nuestra historia, la popular se está quedando reducida a tres fiestas y pico y a algunas romerías en las que se está pervirtiendo su verdadera esencia. Los polideportivos y grandes superficies donde los dos de siempre celebran sus carísimos congresos y mítines sólo sirven para arrojarse dardos  de derecha a izquierda o de izquierda a derecha según toque, los mismos dardos repetidos y manidos que les sirven para perpetuar el juego en el sistema con una Andalucía siempre ausente menos unos meses antes de abrir las urnas. En las manifestaciones de uno y otro signo, la verde y blanca brilla por su ausencia excepto cuando acuden los andalucistas. Las ciudades no son hermanas sino enemigas (que buen resultado sigue dando el divide y vencerás). Ahora las nuevas caras del mismo poder nos venderán, una vez más, futuro, transparencia, regeneración política, interés por la cultura y nos dirán que miremos hacia adelante, sobretodo para que no nos demos cuenta si miramos atrás que nos han dejado con el mayor porcentaje de paro del Estado y una sociedad desindustrializada y de servicio que no tiene peso alguno en el Estado, muda y ninguneada y que no se reconoce como pueblo diferenciado, con identidad y poder. Como símbolo del resultado de todos estos años me quedo con la actual huelga de hambre de Paco Casero, uno de los fundadores del Sindicato Obrero del Campo y con un teatro “Salvador Távora” cerrado. Paco representa junto a otros luchadores del campo andaluz,  la frustración de una reforma agraria y un progreso social que se quedó en nada, como en nada se ha quedado la explotación de nuestras mayores fuentes de riqueza y nuestras ilusiones. La cuadra de Sevilla simboliza un revolucionario “Quejío” que desde la cultura abanderó la reivindicación de un pueblo andaluz que sigue cultural y socialmente herido.
Escribiendo ahora recuerdo una de las letras de los cantes de “Quejío” :

“Qué pena más grande
tengo que callar,
que se me llenan los puños de rabia
si miro patrás”