Hoy, hace un año que decidiste viajar a otros universos en los que seguirás, incansable, creando. Tal vez vuelvas algún día de nuevo a este planeta en el que se necesitan y se seguirán necesitando a muchos como tú. Me gusta definirte como guerrero de luz, que nos ilumina con su sabiduría, esa que no se adquiere en las universidades sino en las profundidades de la tierra y en la esencia del SER. Viniste a cumplir la misión del Arte : zamarrear consciencias y lo conseguiste. Recorriste el mundo con tu gente, tu cultura y tu verde y blanca como equipaje. Con la dignidad de no haber permitido el soborno político ni la prostitución de tu creación. Viviste con la humildad de los grandes y dando voz a la necesidad de esos “nadies” a los que escribiera Galeano y que subías al escenario cada día. Te reconocieron en todo el mundo, en los cinco continentes a los que mirabas desde tu ventana de tu barrio de trabajadores en el que nunca dejaste de vivir. Desde el Cerro a Nueva York siempre con el billete de vuelta por mucha oferta tentadora que te hicieran para vivir en otro lado en el que, sin lugar a dudas, hubieras sufrido menos y te hubieran cuidado mas. Pero no viniste a recibir sino a dar, por eso el último paisaje desde tu ventana fue el mismo de siempre porque te mantuviste fiel a ti mismo y a la gente que representabas. Y tu ambición era solo la de poder seguir dándoles voz.
Nos diste unas cuerdas de las que tirar en aquel QUEJÍO tuyo que asombró y removió al mundo y ahí siguen esas cuerdas extendidas para quienes vuelvan a querer tirar de ellas y mover el bidón que nos oprime, ahora de manera distinta, envenenada y maquiavélica, pero esencialmente igual. Posiblemente nos estés mirando y comprobando, con dolor, que no aprendemos de la Historia pero, como guerrero de luz, a pesar de todo, nos sigues alentando a seguir adelante porque nunca perdiste la esperanza.
Tuve la suerte de que fueras mi padre y de ser tu aprendiz, no hay mayor ni mejor herencia que haber sido tu hija, que llevar tu sangre y tu legado moral que es inmenso y que me sirve para andar por este mundo de tanto ego, de tanta soberbia, de tanta banalidad y escaparate, de tanta bisutería elevada a la máxima potencia.
Hace hoy un año, quiso el universo que así fuera y así lo asumimos porque la muerte es solo un paso mas de nuestra larga existencia. Aún así, se te echa de menos guerrero, se te echa mucho de menos y te necesitamos.
Nos volveremos a ver porque sentir, en estos 365 días te he sentido cerca y siempre a mi lado.
" Yo creo que el teatro debe ser un reflejo de tu personalidad y tu compromiso como persona con tu sociedad , con tu gente y con tus aspiraciones que no pueden ser solo personales sino colectivas"
Salvador Távora