27 octubre 2013

Bautismo Civil


He querido reposarlo unos días. Pensarlo. Asegurarme que no era 28 de Diciembre. Mirar si en el calendario era un día destinado a las bromas políticas por alguna nueva razón… pero no : es verdad.
Lo primero que sentí como persona progresista es un poco de vergüenza ajena y minutos más tarde indignación. Andalucía sube en las cifras de paro mientras éstas bajan en el Estado Español y a IU se le ocurre preocuparse por el “bautismo civil”, como si no hubiera mejores cosas que hacer en Andalucía.
Sé que ya se han realizado algunos en otras partes del Estado lo que no aminora un ápice mi asombro. He llegado hasta a pensar que quizás llevaba tiempo viviendo en la inopia, en una especie de Limbo social, y no me había enterado de la enorme aclamación popular pidiendo el bautismo civil en las calles. Pero también lo descarto. Intrigada, me he metido en las redes sociales y hurgado en este mecanismo “internético” para saber si se me había escapado algo que hubiese podido dar lugar a la propuesta - cosa posible cuando se está centrada en temas importantes de la política andaluza municipal y autonómica – pero veo que tampoco. Y me sonrojo aún más. Que papelón – pienso- el de la izquierda andaluza de IU (hay otras izquierdas) con esto del bautismo civil… qué ridículo (perdón pero no se me ocurre un término más adecuado).
Andalucía se desangra y desde la izquierda nos entretenemos con un bautismo civil. Sigo intentando saber las razones y leo que se trata de “hacer una presentación a la sociedad del recién nacido”. Ahí ya me desplomo y no sé dónde meterme. IU proponiendo fórmulas que nadie pide para aburguesar el hecho de llegar al mundo, convertirlo en una fiesta social, rodearlo de parafernalia, de gasto, de artificialidad.
Imagino, ya puestos, que la propuesta viniendo de IU será “bautismo civil gratuito” porque si no podríamos pensar que se debe a que hay que aumentar las arcas municipales y no a ninguna otra razón ideológica. Si no es así, este invento de nuestras lumbreras sería una nueva brecha entre los que tienen poder adquisitivo y pueden pagar el servicio municipal del bautismo civil y los que no, vamos, otra nueva clase social: los bautizados civilmente y los cartagineses de siempre.
Quizás – sigo intentando encontrar razones- necesiten tener páginas en la prensa y en un alarde de iluminación (no divina por supuesto) han echado mano de esta “oportuna” propuesta. Quizás no les parezca más importante ocuparse de verdad de que los que lleguen al mundo en nuestra tierra , antes de poder o no bautizarse con agua bendita o con papel oficial, tengan un techo asegurado y no hayan desahuciado a sus padres tres meses antes , quizás ya todo se haya convertido en un producto a vender, en el marketing puro y duro de las ideologías. No lo sé pero me preocupa y me apena.
Las familias religiosas -ortodoxas y heterodoxas-  cuando quieren bautizar a sus hijos e hijas tiene un lugar para hacerlo porque el bautismo es una ceremonia que haciendo uso de la libertad de cada uno tiene o no lugar. El 90 % de los que hacen esta propuesta están bautizados y no creo que eso le haya impedido ser comunistas al mismo tiempo que hermanos de la cofradía del barrio, que conocerlos los conozco y he visto hacer la hoz y el martillo con la cera de un cirio en una tarde de Miércoles Santo. Los que no quieren bautizar a sus descendientes porque no son creyentes, porque creen pero no comulgan con la Iglesia, los que son agnósticos, tienen toda la libertad de no bautizarlos y de hacer o no la fiesta que quieran con motivo del nacimiento, pero hacer una propuesta burguesa, innecesaria, hiriente para miles de andaluces que no saben qué pasará con ellos mañana,  me parece una ofensa a la inteligencia, a la cordura y a la izquierda.
Me lloverán dardos envenenados. Ya todo lo que sea ser críticos es de derecha si se critica a la izquierda y muy progresista si se critica a la derecha. Ninguna de las dos cosas son ciertas. Se ha convertido todo en una maraña tal que la demagogia nos caerá por un lado o por otro pero los que creemos -las que creemos- que el verdadero sentido de la libertad es , precisamente ese: el de la libertad sin miedo a las etiquetas, no vamos a caer en esas trampas manidas y recurrentes y nos seguiremos sintiendo libres por encima de esquemas que habrá que comenzar a cambiar si queremos un cambio social profundo que no sea sólo económico.
Que hay mucho que hacer señoras, señores, mucho paro por paliar en estas tierras de nuestros dolores y hoy por hoy sois vosotros los que tenéis la responsabilidad y el Poder. Dejémonos de tonterías aburguesadas.