Ya , cuando mueren los poetas, los comprometidos, los hombres de bien, parece no importar a nadie. Los poetas no son mediáticos, los poetas no están de moda, los poetas no salen en esa tele que nos condena a la oscuridad y a la chabacanería, los poetas no echan mano del marketing, los poetas siguen molestando aunque menos porque ya tienen mucho ruido con el que callarlos... lo tienen los políticos -huérfanos de poesía- y lo tiene la sociedad civil, demasiado ruido, demasiada prisa para detenerse a escuchar a un poeta... los poetas no dan de comer, no interesan. Pero los poetas son los que nos alimentan y nos nutren el alma para poder seguir resistiendo, los que nos abren los ojos para poder seguir luchando, los que nos calman cuando no sabemos de dónde vienen nuestras angustias. Se nos ha ido un escritor y un poeta a todos, a los que lo conocían y a los que no porque las voces de los poetas, sin que nos demos cuenta, no dejan de susurrarnos al oído. A mi se me fue un amigo, a mi familia también. Hace unos meses tuve la suerte de compartir con él una preciosa ceremonia en la que se nos dieron premios a los dos en Barcelona por parte de la Federación de Asociaciones Gitanas de Cataluña. Antes y después de recoger el premio nos quedamos los dos solos en el hall del hotel tomando unos guacamoles (no lo olvidaré) y hablando de la vida. Hablamos mucho... horas. Estaba cansado, estaba asqueado de lo que se está viviendo, estaba decepcionado con aquellos en los que él había creído y me lo decía con dolor. "Nos están matando de pena Pilar"... nos están matando de pena. Te has ido y ya habrá desaparecido esa pena y esa rabia que casi no podías contener... ahora estás en paz. FELIX GRANDE ... QUÉDATE CERCA DE MI QUE ME HACE FALTA LA GENTE COMO TU.