31 agosto 2013

Crisis... ¿qué crisis?




Es curioso que el término “crisis” sólo se aplica a lo económico. Nunca entendí bien por qué. Para mi las crisis van mucho más allá de lo económico, es más, quizás cuando la economía no merma la dignidad cotidiana, cuando los carros de los supermercados se llenan de cosas innecesarias que nos venden como precisas, cuando hay tres televisiones en una casa de cuatro dormitorios y los niños son infelices por no tener la ultima “play” o la “Wii” o el último videojuego, cuando no nos preguntamos qué están haciendo nuestros políticos porque aparentemente no nos está afectando, cuando la inmigración era el hecho y no la emigración de nuestros jóvenes… ¿no había crisis?.  Había crisis, una crisis enorme, terrible, devastadora pero no afectaba al bolsillo . Esa crisis es la que ahora está pasando factura, una factura que no se puede pagar con euros aunque estos sobrasen por todos lados y pudiésemos tirarlos al mar, como esos bloques que hacen aún más precaria la situación de nuestros pescadores andaluces, hombres de tierras y mares ricos condenados a la pobreza.
Estamos rodeados de “Pilatos”. Aquí todos y todas se lavan las manos. Nadie es responsable de nada. Aquí no se piden cuentas de nada, asistimos pasivamente a los hechos que ocurren – que nos ocurren – como si de una película se tratase en la que no pudiésemos intervenir como actores que cambian el desenlace final revelándose contra el guionista.  Los “Pilatos” se van impune ante nuestros ojos. Los “Pilatos”  intercambian presidencias como cromos, los “Pilatos” preparan estrategias para seguir conservando lo único que les importa : el poder.  Los “Pilatos” no sólo son responsables de una crisis económica pero sólo esa es la que nos convoca a conversaciones de horas en los bares, la que nos hace salir a la calle de vez en cuando – cuando quieren los sindicatos – y luego comentamos la manifestación en cualquier lugar de la ciudad tomando una cervecita, la que da lugar a grandes debates televisivos con las mismas caras, las mismas opiniones y los mismos sueldos. Hasta en los debates televisivos está instaurado el “sillón”, el bipartidismo y la rutina de siempre.
Bajo todo eso y por encima de todo eso está la verdadera crisis : la crisis de las ideas, la de la educación para un mundo distinto, la de los valores humanos, la de la Cultura, la del propio sentido de la vida. Una crisis que no preocupa a nadie, de la que no se habla, por la que no salimos a la calle. A los sindicatos tampoco les preocupa nada esa crisis, parece que los trabajadores sólo tienen derecho y que conformarse con que los sueldos vuelvan a subir y el paro a bajar. Y lo peor es que es con eso con lo que hay miles que se conforman.  Se ha conseguido, desde unos gobiernos llamados de izquierda en tierras andaluzas que sólo se llame “crisis” a la falta de euros (normal en la derecha, imperdonable en la izquierda). Pobres gobernantes -con los sueldos y la impunidad aseguradas -  que han desperdiciado 30 años  - no será porque no han tenido tiempo – sin lograr que un territorio rico, sobrante de hijos e hijas dispuestos, generoso en materias primas y en geografía única en el Estado , con talento rebosante y con ingenio para aguantar temporales, sea el referente de progreso y cambio de este Estado - sea del signo que sea- que lo sigue mirando por encima del hombro, que no lo escucha, que no lo tiene en cuenta excepto para ese día  - para el único que vuelcan sus esfuerzos – en que se abren los colegios electorales. 30 años para conseguir las colas más largas ante las oficinas del Inem y la más absoluta inconciencia de nuestro poder.
Si la otra crisis. la que no es de los bolsillos. la que nos impide tener criterio para elegir, la que nos quita fuerza moral para salir a la calle sin que nos convoquen desde otros poderes establecidos, la que no nos permite ser personas que saben donde van y quienes son, la que  nos roba la conciencia de nuestra grandeza económica y cultural, la que facilita el egoísmo, la insolidaridad, la que le dice a nuestros hijos e hijas que lo importante es la última play… si esa crisis terrible no existiera, la otra , la única que parece que existe, se afrontaría de manera distinta, la otra nunca sería lo que es ni Andalucía estaría donde está.
¿Nos preocupará alguna vez esta otra crisis? ¿Pediremos cuentas por ella? ¿Se pueden imputar a nuestros gobernantes por haberla causado, por habernos mutilado?
Mucho me temo que no… han hecho un buen trabajo, a ellos los 30 años si les han servido para mucho, para mucho más de lo que imaginamos.