Blas.
No estoy aquí esta tarde para dejarte flores y quedarme en paz con mi
conciencia.
Vengo
a decirte que quiero darle vida a tus palabras, que queremos darle vida a tus
palabras, realizar tus sueños , compartir
tus sentimientos y afirmar que amamos a esta tierra y que enarbolamos con orgullo y con coraje su
bandera, aquella que tu ideaste para este pueblo y que ahora tenemos en
nuestras mano: La arbonaida, la blanca y verde, la que sacamos por miles a las
ventanas, a los balcones, a las carreteras y que nos han hecho guardar en los
cajones de la desintegración ideológica.
Vengo
a decirte, Blas, que no me importa predicar tu palabra, que si tenemos que
convertirnos en predicadores de tu Andalucía y la nuestra, lo haremos, que
queremos sacar tu valentía de las vitrinas y de las paredes institucionales
donde está secuestrada, donde no da
fruto, donde se ahoga y que la sembraremos por las calles, por los campos, por las fábricas, por los institutos, por los colegios, por las escuelas de arte, por las universidades, por los teatros, por los cines, por la televisión… para que germine, que fructifique,
que crezca, que ofrezca una esperanza tan verde como el de nuestra bandera. Esperanza en una
Andalucía nuestra, próspera, no sólo en euros, sino también en cultura, en
humanidad, en sueños, en ética, en utopías, una Andalucía dueña de su presente
y su futuro.
Vengo
a decirte Blas, que no tengo complejos ante nada ni ante nadie por ser
andaluza, que no tenemos complejos porque sabemos que pertenecemos a un pueblo milenario, profundo, singular, que supo dar
lecciones al mundo de tolerancia, de paz, de prosperidad ... tu lo sabes bien.
Vengo
a decirte que no tengo miedo, que no tenemos miedo porque no nos faltan los
faros que nos guien, porque no andamos perdidos, porque todavía no han
conseguido que naufraguemos. Que no tenemos miedo porque hay faros como tú, que
nos quitan el temor al naufragio. Y hoy, Blas, quiero que lo escuches.
Quiero
que sepas que no vamos a desfallecer en este camino del nacionalismo humanitario, de la Andalucía por sí, que vamos a transitarlo
dia a dia, que en todo aquello que hagamos
estará tu voz, no importa lo pequeño o lo grande, porque nada es pequeño ni
grande en este camino, todo importa, todo suma, todo es necesario.
Blas,
tu lo sabias y nosotros lo sabemos : no hemos elegido el camino más fácil. Hace
siglos que se encargan de desintegrarnos, de desprestigiarnos, de hacernos
dudar, de enfrentarnos, de empobrecernos el cuerpo y el alma. Y sabes, como nosotros, que han estado muchas
veces a punto de conseguirlo, de hacernos llegar a un lugar sin retorno. Lo han intentado una y otra vez. Pero no
consiguen aniquilarnos, Blas y quiero afirmarlo hoy en este lugar donde
quisieron rematar a Andalucía para siempre, quitándote la vida.
Aquí
, Blas, quiero decir que estamos vivos,
que Andalucía no está sola y que cada vez vamos a ser mas los que nos pasemos la antorcha en esta
carrera de relevos. Quiero decirte en esta tarde de agosto, que estamos
comprometidos contigo y con Andalucía y eso significa que estamos comprometidos
con ese SER andaluz del que hablabas.
Ese
Ser Andaluz han querido hacerlo invisible convirtiéndonos en fantasmas, en
bufones, en castellanos, en mendigos… en cualquier cosa que evitara que nos
reconociésemos como andaluces.
Ese
SER ANDALUZ que incomoda tanto al poder.
Sabemos
que eres molesto Blas, tu también sabes que eres molesto, que no te quieren,
para qué vamos a mentirnos en un día como el de hoy. Que las balas ya no son las que te asesinan,
que te asesina el olvido y los disparos de silencio, que te mata la manipulación
de tu palabra y de tu obra.
Yo sé que calarías en el corazón de los andaluces, que te querrían y que romperían
los cristales de las vitrinas para liberarte de ellas si se les diera la
oportunidad de conocerte, pero se les está negando Blas, te quieren seguir
asesinando porque asesinarte, mas que quitarte la vida, es esconder tu palabra, es negarte, es
hacerte invisible entre los andaluces, es fabricar esa imagen bonachona de un notario bueno para que no te roce siquiera la idea de revolucionario.
No
sé si te servirá que te diga que intentamos evitarlo, que no queremos sacarte a relucir sólo una
vez al año, ni intercambiarte por votos, ni tenerte adornando plazas en las que
los niños no saben quien eres.
Que
la cultura oficial no es la que compartimos, que compartimos tu idea de cultura
viva, de manifestación libre, de arte con identidad y sin dueño. Que durante
siglos y hasta hoy, borraron los lazos que nos unían con nuestro pasado, con
nuestra identidad, con nuestros antepasados. Queremos que sepas que como tú, valoramos
lo racional, con la misma fuerza que
valoramos lo emocional, que no nos olvidamos del SENTIR, que es parte de nuestra
esencia y que no vamos a renunciar a ella para parecernos a otros que nada
tienen que ver con nuestro ser andaluz, ni tienen que ser modelo de nada, ni guía de nada. Nosotros tenemos nuestras propias herramientas para construir el futuro.
Ese
ser andaluz que no tiene alma de militar, que no quiere entender la
violencia pero que no va a aceptar que la violencia se ejerza sobre nosotros. Ya de los turdetanos se decia
que no servian para la guerra y de nuestros reyes andalusíes se criticaba su
inclinación por el arte, por la música, por la palabra. Esta tierra siempre
estuvo llena de poetas de distintas razas y religiones, poetas que decian
“nunca afirmaremos nuestra cultura a golpe de sangre y fuego” pero que no sigan aprovechándose de ello porque sí hay límites.
No nos quita nuestra inclinación por la paz el valor para defender tus palabras, para luchar por ellas,
para no abandonar a Andalucía a su suerte en manos de quienes aprovechan las necesidades de este pueblo para seguir engañando.
Seguiremos
exigiendo autonomía real y sin desequilibrios, soberanía en aquello que corresponda en este siglo
XXI y lo haremos con energía. Nos ridiculizarán como hicieron contigo pero no
nos va a importar porque sabemos que eso es parte del engaño y la manipulación de quienes tienen los medios para anular al otro.
Nos
tomarán por locos, pero tampoco nos va a importar. Sabemos perfectamente hacia
dónde vamos, como lo sabías tú, aquel dia de agosto, en el kilometro 4 de la
carretera de Carmona, cuando después de tantos días de incertidumbre , de miedo
y de sufrimiento, seguías convencido de tus ideas.
Hoy
quiero decirte que aunque pueda parecerlo,
no nos han derrotado aún, que tu muerte, BLAS, no fue en vano y que vamos a
llenar de contenido ese grito que se escuchó aquí hace 78 años porque tenemos una patria en la conciencia.
VIVA
ANDALUCÍA LIBRE !!
Carretera de Carmona- Sevilla- 11 de Agosto 2014