Toda enfermedad necesita su medicina. Una
crisis es, en medicina natural, una reacción al mal para echarlo fuera, para
librarse de él. Para ello hay que pasar por momentos de dolor, de erupciones,
de mucho malestar hasta conseguir la curación. Así son las crisis naturistas,
las homeopáticas y… las económicas y sociales. La enfermedad -en este caso- la
provoca el virus del capitalismo, de la avaricia, de la injusticia, de la
insolidaridad, de la desigualdad… Un virus para el que aún no se ha encontrado
el antídoto eficaz que lo elimine y sólo se conocen algunos métodos para
aliviar los síntomas pero que no curan la causa de la enfermedad. De este virus
nos podemos defender de maneras diversas y seguir buscando la fórmula con la que poder librarnos de él en uno de
esos momentos soñados y futuros de la historia de la humanidad. Una de las
armas que conozco se llama ARTE. A muchos les podrá parecer que hablar de arte
en plena crisis es una frivolidad, sin embargo, es lo más sensato que se me ocurre
y uno de los medicamentos naturales más eficaces para el alma y la psiquis que
sufren graves golpes , tan graves o más que los materiales. Decía Lorca que “en
estos momentos dramáticos del mundo, el artista debe llorar y reir con su
pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la
cintura para ayudar a los que buscan las azucenas” .
El Arte tiene su misión en la crisis:
redimir, sublimar y aliviar el dolor metiéndose en el fango si hace falta – y
hace falta- para ayudar a los que buscan las azucenas. Los artistas
comprometidos con su gente y con su entorno social no pueden “trasladar su casa
a las estrellas” como también comentaba Lorca. Pero no podemos olvidar que el
Arte y el artista son también , como cualquiera, victimas de la crisis, como
seres inmersos en la realidad la sufren igual que todos los demás. No tienen
inmunidad contra el virus y se desmoronan- como todos- ante la necesidad de la
subsistencia diaria. Pero el artista no deja de crear , incluso hasta se crece
como desafío a la adversidad y esto le salva y salva a los demás. Al Arte no lo
frenan los bancos aunque hieran al artista, aunque mermen sus posibilidades,
aunque los desahucien de sus casas. El
artista herido sigue creando, sigue volcando su interior en una canción, en una
obra de teatro, en una película, en una composición, en un cuadro… lo hace como
puede, como le permiten las circunstancias, pero no cesa en su creación y muchos (o algunos)
lo utilizan como respuesta revolucionaria. En las crisis se va de la oscuridad
a la luz. Y la luz . con m´s a menos intensidad siempre llega. Quizás cuando
lleguemos a esa luz podamos encontrarnos con una sociedad que quiera más a sus
artistas que la actual, que valore más su trabajo, que sea consciente de que
una de las mejores medicinas que le han ayudado a salir de la oscuridad ha sido
el ARTE en todas sus manifestaciones. Quizás nos acordemos de una canción que
nos hizo soñar, o un libro que nos ayudó calmar la ansiedad por las noches, o
una película que nos salvó de la angustia durante dos horas, o una obra teatral
que nos hizo reflexionar y entender las cosas de otra forma o… tantas cosas de
la que es capaz el arte.
Quizás cuando recuperemos la salud y esta
enfermedad capitalista haya sido amainada en su virulencia, podamos ver que
hubo unas mujeres y unos hombres que aún siendo víctima de la misma enfermedad
y la misma angustia, fueron capaces de darle a los demás un calmante que
aliviara el dolor , un calmante y también un “arma cargada de futuro” con la
que combatir : EL ARTE. Quizás… ojalá.