Palas
y picos junto a otras herramientas
inmateriales están siempre dispuestas, año tras año – y van ya casi 50- para cavar esa fosa en la que el deseado “cadáver”
sea enterrado. Pero oye, que no hay
forma. ¿Qué tendrá la tan traída y llevada criatura que no hay quien la mate?
Y mira que tiran a dar… pues nada, que
no, con las ganitas que tienen algunos de enterrarla. ¿Será que está hecha de
algún material que los enterradores desconocen porque no es materia usual en
ellos? ¿Será que hay algún ingrediente en la dieta que ayuda a resistir y
resistir y resistir -endeble muchas
veces, con apariencia de abatida la criatura… ¡Ahora, ahora - dicen los
enterradores-! Y cuando ya están las
palas y los picos en alto de nuevo, para - por fin- dejarla bajo tierra… oye
que no hay forma, joder, de nuevo parece que se recupera, qué fastidio.
Y con
esto de los enterradores se me viene a la cabeza el Ave Fenix, esa figura
mitológica de la que decían que sus lágrimas eran curativas… y me pregunto
¿será por eso que no hay quien mate a la criatura en cuestión? Lágrimas me
consta que ha derramado y el dolor nos suele hacer más fuertes a todos… y sigo el
hilo de mis pensamientos intentando descubrir el secreto. Pensando, pensando,
se me ocurre imaginar que por fin consiguieran enterrar al deseado cadáver. ¡Lo hemos conseguido!! Gritarían todos dándose
unas manos que nunca se dieron con el muerto en vida. ¿Qué pasaría después?
¿Dormirían los enterradores más tranquilos? ¿Serían más felices? ¿Se
reconciliarían con sus parejas? ¿Brincarían de contentos el resto de sus vidas?
¿Se acabarían sus problemas? ¿Tan importante es el deseado cadáver para que
haya tanto enterrador esperando? ¿No se cuenta por ahí que es una criatura
enclenque? Entonces ¿Por qué tanto enterrador para algo tan enclenque? No me cuadra. No me cuadra. Y sigo intentando
averiguar por qué tanta inquina con “tan
poquito”. Ah… mira… pero ¿ese no era parte de la criatura? Si, si, me
contestan. ¿Y lo que tiene en la mano no es también una pala? Si, si, me vuelven
a contestar ¿y por qué quiere enterrarla? Silencio.
Dicen
que el Ave Fenix tenía la capacidad de renacer de sus cenizas pero las cenizas
llegaban cada 500 años así que echando cuentas, como la criatura tiene 50 aún faltan 450 más. No creo que haya
enterrador actual que viva para verlo, siento darles ese disgusto. Hay una
diferencia digna de destacar entre el Ave Fenix y nuestra criatura: el color de las alas. El mitológico cuentan que tenía las alas de
color fuego, rojizas con unos amarillos
resplandecientes… reflejos del sol. Las
de nuestra criatura las tiene verde y blancas. Por lo demás, habrá que esperar
450 años. Consuélense… seguirá habiendo enterradores y , quizás, dentro de 450
años lo consigan. Pero no olviden que, incluso así, volverá a renacer de sus cenizas. Simple comentario por si quieren dedicarse a
otras cosas más productivas los enterradores.
VIVA
ANDALUCÍA LIBRE!!