Estamos en tu patio, Blas, en este dos de agosto,
frente a la puerta por la que vinieron a buscarte los hombres azules.
Ayer por la tarde, tenía la sensación de que las
palomas blancas que veo desde mi balcón,
se recogían más de prisa, como si ellas también tuvieran memoria y recordaran
los golpes en tu puerta y que los fusiles te estaban esperando en aquel agosto
del 36.
Como todos los primeros de Agosto
aprieta el calor pero no podemos evitar los escalofríos frente a tu
puerta.
Parece que estamos escuchando
ahora esas llamadas azules, porque hace solo minutos, 82 años atrás, vinieron a
buscarte y las casas tienen memoria.
Preguntan por ti. Tu sabes
quienes son y a qué vienen. Mirarías a tu alrededor, a las fotos de tus hijos,
tu mesa de despacho, tus libros… te levantarías mientras sigues oyendo voces y
golpes en la puerta. Saldrías hasta este patio dejando atrás las salas que no
volverías a ver, el suelo que no volverías a pisar.
Llegaste a la puerta y allí estaban
ellos, con sus camisas azules, con sus ojos de hierro, con sus manos que no
saben de temblores cuando sacan a un hombre inocente de su casa, porque son
manos de asesinos sin almas.
Hay sollozos, abrazos… tu familia…
no entienden que está pasando , tus hijos no entienden por qué llora su madre
ni saben quienes son esos hombres azules que te alejan de ellos.
Te arrancaron de tu casa un dos
de Agosto con la intención de llevarte hacia la oscuridad de la muerte, del
asesinato unos días más tarde. Pero tu llevabas contigo un universo de luz, de
campos de olivos, de mares abiertos al mundo, de jornaleros sin tierra y de
tierra fértil robada y maltratada, de ilusiones, de sueños que nunca pudiste
ver hechos realidad.
No sé que sentirías cuando te
llevaron Blas pero seguimos sintiendo escalofrío cuando recordamos este 2 de
agosto. Ellos sabían lo que hacían, lo sabían tanto que fuiste de los primeros…
y ¿sabes? Nunca me pareció extraño que fueras de los primeros porque llevabas
contigo a Andalucía y eso era, precisamente, lo que querían detener.
Representabas el mismo peligro que representas hoy y fueron a por ti con sus
ojos de hierro, con sus camisas azules, con sus manos que no saben de temblores
cuando sacan a un hombre inocente de su casa. No hacía aún ni un mes de aquel
estreno del Himno que hoy es el nuestro y patrimonio de tu Andalucía, de nuestra
memoria y nuestros corazones.
Se que hoy nos estarás escuchando
cuando lo cantemos y se dibujara una sonrisa en tu rostro, esa que produce el
saber que te detuvieron en vano.
Te fuiste con ellos y contigo de
la mano iba tu país andaluz, nuestra nación andaluza. El Guadalquivir fue testigo y por eso sigue
intentando regar sin descanso con tu memoria esta tierra estéril de conciencia.
Ellos han desaparecido. No quiero
dejar aquí el apellido del sargento que fue a por ti porque ya son solo unas
camisas azules vacías, sin nadie dentro, porque nunca tuvieron dentro a ningún
ser humano.
8 Días pasarían hasta tu asesinato, como si el
destino hubiese querido que vivieras un día por cada territorio andaluz, ocho
calvarios, ocho misterios, ocho saetas de amor en tu pecho… el ocho del
infinito como infinito es tu amor generoso que sigue sembrando esperanza desde
Almería hasta Cádiz.
Los golpes en la puerta no les
sirvieron de nada. No consiguieron detenerte aunque en este 2 de Agosto de 2018
siga existiendo el deseo de hacerlo y abandonarte en el olvido. Pero tampoco te
van a detener por muchos golpes que den en tu puerta, por muchas llaves del
silencio con las que quieren encerrar tu memoria , porque estas en nosotros, porque aún hay andaluzas
y andaluces de conciencia en esta puerta tuya, en tu patio de Coria, que te
abrazan Blas, Andalucistas que siguen dando vida a tus palabras y
enarbolando con orgullo y coraje la bandera y el legado que nos dejaste para
siempre, la arbonaida que ahora tenemos en nuestras manos y que nunca dejaremos
que la guarden en los cajones de la desintegración ideológica.
Los hombres azules ahora llevan
trajes grises pero nosotros sabemos quienes son y les seguiremos enseñando esta
verde y blanca, esta voz de un pueblo andaluz de luchas y de sueños. Ni la
cultura oficial ni sus trajes grises oficiales podrán nunca apagar tu luz. No
tienen brillo suficiente.
Quisiste que esta casa fuera la
de la alegría, y con alegría te recordamos porque gracias a ti, hoy estamos
hablando de este país andaluz de nuestros dolores y nuestros amores y
continuando tu lucha, como podemos, como sabemos, con las herramientas que
tenemos, persiguiendo horizontes liberadores, al lado, como tu, de los que no
tienen nada y eso solo es motivo de felicidad.
Por eso en este 2 de agosto de
2018, un año once – tu sabes qué significa eso-
nos tienes en tu puerta para recordar, 82 años después, que no se puede
matar un ideal y tu grito sigue vivo y siendo el nuestro y por siempre vivirá
en nosotras y en nosotros, tus andaluces de luz.
VIVA ANDALUCÍA LIBRE!
Foto: Algunos miembros de Coordinadora de Sevilla ciudad - izquierda andalucista- y representación de Primavera Andaluza (Pilar González)