01 diciembre 2021

Los olvidados : 90 años de la entrega de la llave del Alcázar a Sevilla


  Sé que lo políticamente correcto no es mi hobby, sé que soy molesta para muchas y muchos porque no practiqué nunca la pleitesía y sé que a estas alturas, difícil cambiar. 

Mi padre decía que el había pasado de ser hijo maldito de Sevilla a ser hijo predilecto pero lo del hijo predilecto nunca lo creyó porque no dejó de sentirse hijo maldito. Consecuencias de no deberle nada a nadie ni de tener que comulgar con ruedas de molino. Y dicen que hay cosas que se heredan…

Es curioso que los y las que más predican la teoría del derecho a la libertad de expresión, menos la encajen.

Hoy, junto a mi hermana, he asistido al acto de celebración de los 90 años de la entrega a la ciudad del Sevilla de la llave del Alcázar durante la Segunda República  (1931) a propuesta del Ministro de hacienda Indalecio Prieto y actuando el ministro Martínez Barrios en nombre del gobierno. 

En el acto se ha entregado la llave del Alcázar a los trabajadores que durante toda su vida han cuidado del palacio (el más antiguo de occidente en uso) así como a los distintos alcaldes de la ciudad y a los alcaides , recogiendo la llave de algunos de ellos sus descendientes. 

Tras la entrega, se han leído tres poemas de diferentes autores sevillanos. 

 

Y quiero pronunciarme sobre esto : 

Entre toda la lista de alcaldes de la ciudad de Sevilla, al único que no se ha mencionado es a Alejandro Rojas Marcos y no es porque él lo haya prohibido. Rojas Marcos, lo que no quiere es que se le entregue ninguna llave ni ningún reconocimiento por ser alcalde pero en ningún momento ha dicho que no se le mencionara como alcalde de Sevilla, es más, como quien – para colmo- hizo del Alcázar un organismo autónomo, como tantas cosas que hicieron en la corporación andalucista que se oculta. Nada de eso se ha mencionado y yo quiero decirlo aquí,  para que, al menos, aquí quede.

 

Y vamos a por la segunda: selección de poemas que, con todo derecho, hizo quien lo haya hecho pero hubiera sido bonito, en honor a la cultura y al habla de la ciudad del Alcázar, que el castellano hubiese estado ausente y que un precioso andaluz hubiera llenado el patio junto a las luces del atardecer. No sólo bonito, sino honesto con nuestra identidad de pueblo milenario. Después, donde toca hacer como que defendemos nuestra modalidad lingüística, ahí están todos y todas para quedar bien pero cuando hay que practicar la defensa “ni sabe ni contesta”.  Es una forma de seguir diciendo que el andaluz no es digno para recitar poemas de andaluces en el Alcázar andaluz, que es más para comprar fruta en el mercado o para las series de narcotraficantes. 


Y ahora, la tercera. A nuestro rey poeta, del que se ha descubierto un primer palacio en dos de las casas del Patio de Banderas, aquel que recitaba y escribía en los jardines, ni mencionarlo. Se mencionan las casas que se adquieren pero se evita pronunciar su nombre. Se eligen tres poetas para un acto en el Alcázar y sobre el Alcázar, pero nadie de los responsables del acto se acuerda que los primeros poemas que escucha el Alcázar eran los de Almutamid, el rey poeta de Sevilla. Qué justo con nuestra historia y con la historia del palacio hubiese sido que uno de sus poemas volviera a resonar hoy en aquellos muros. 


Y vamos a terminar con la cuarta, que como hablamos de Sevilla, echamos manos de sus cuatro sevillanas. La cuarta es lo de siempre y lo de siempre es que los dirigentes de esta ciudad convierten a sus hijos e hijas malditas en predilectos/as cuando ya no tienen mas remedio, cuando la realidad y los hechos les escupe a la cara y ya no pueden obviarlo, pero si dependiera de ellos, los dejaban tirados en un pozo desde donde ni siquiera se les pudiera escuchar la voz de auxilio. 


Gracias papá , hijo maldito, porque nos dejaste un espejo en el que nunca vamos a dejar de mirarnos.  Aunque no se tenga la recompensa que da la pleitesía, se tiene una mucho mayor, la de vivir con dignidad.


21 septiembre 2021

Cuando sobrevuela la desesperanza

 

El peor de los sentimientos es tener la esperanza perdida. Lo pensaba Lorca lo pensaron muchas y muchos antes de él y lo pensamos muchas y muchos después de él porque es un sentimiento que no pertenece mas que al ser humano desde la noche de los tiempos.  

Hay quienes, contra viento y marea que es lo mismo que decir ahora contra falsas y catetas modernidades y sociedad digital capitalista globalizadora, no la perdemos pero, debo confesar, que hay ocasiones en las que nos sobrevuela. 

Para quienes hemos vivido tan de cerca la lucha de artistas que nos precedieron para arrancarle de raíz a Andalucía su disfraz más hirientemente folklórico y  devolverle su dignidad cultural , cuya lucha y empeño heredamos algunas/os, asistimos perplejas a la banalización de nuevo de las expresiones identitarias culturales andaluzas entre los y las jóvenes. Y lo que es mucho peor, entre las y los jóvenes que se supone han aprendido y asumido esa lucha andaluza por pertenecer a círculos políticos concretos en los que se debería tener una cierta consciencia cultural andaluza, distinta a la del resto de jóvenes.  Pero no. Los mismos esquemas de siempre, las mismas justificaciones, los mismos argumentos han arraigado en ellas y ellos y lo que parecía normal en el franquismo sigue pareciendo normal ahora con otros argumentos. Igual que sigue arraigada la misma consigna de “la evolución de los tiempos” como si los tiempos realmente hubiesen evolucionado porque haya aparecido la tecnología, internet y las redes sociales. He conocido a artistas y leído a artistas de “otros tiempos y de otros siglos” a los que hoy les parecería viejo, manido y retrógrado cualquier cosa que escucharan de estas y estos jóvenes. La mayoría no ha dedicado un minuto de su tiempo a mirar atrás y a aprender todo lo que no saben. Es como si lo andado para avanzar no hubiese servido para nada. Y así estamos: estancados, en el mismo lugar de partida pensando que estaos haciendo cosas nuevas.

Todo es política pero la política no lo es todo y si la política - que sigue siendo igual de vieja que siempre y en la que se siguen reproduciendo los mismos errores- no entiende el hecho cultural como la más poderosa arma de transformación de los pueblos y que hay que planificar “a largo plazo”  - independientemente de atender las carencias y necesidades de la gente a corto plazo e ir hacia una sociedad menos desigual en la que no deben perder siempre  los mismos- es normal que a algunas nos sobrevuele la desesperanza. Sobrevuela y se aleja. Afortunadamente.

Creo, sinceramente, que estamos andando “patrás” y sumergidas/os en un espejismo muy peligroso creado por quienes saben manejar unos hilos que nunca dejaron de manejar. 

 

26 febrero 2021

El castellano : modalidad lingüística del andaluz

En estos días que preceden al 28F y con algunos debates en la mesa en torno al andaluz y al acento -sin cerveza- quizás, en vez de pronunciar ese vacío de contenido “orgullosos/as de ser andaluces/as, que puede decirlo cualquiera como frase hecha, sería más interesante investigar, leer, aprender, conocer y poner en valor muchas publicaciones en torno al andaluz como lengua criolla y que se comenzara a llenar de contenido nuestra identidad huyendo de lugares comunes y frases hechas.

 

Y atrevernos a plantar debates, por mucho revuelo o estupor que causen o por mucho que puedan ser criticados o ridiculizados a lo que estamos más que acostumbradas. 


Y en este orden de cosas, yo me pregunto: ¿por qué no es el castellano una modalidad lingüística del andaluz y no al contrario? 

Y me lo pregunto por razones concretas. 

 

Los castellanos conquistaron, vencieron por las armas pero no vencieron culturalmente como pretendían, entre otras cosas, porque la cultura que en aquellos momentos poseían los conquistados eran mucho mayor y mas rica que la de los conquistadores castellanos, que, por la fuerza, sometieron a nuestros antepasados andalusíes a una aculturación evidente pero ni en tiempo – tres siglos mas- ni en sabiduría puede equipararse aquel territorio andaluz – que aún no era denominado Andalucía- con lo que traían los castellanos y otros reinos del Norte : 500 años, no sólo frente a 800 de Al Andalus, sino frente a miles anteriores de cultura autóctona mantenida bajo diferentes dominaciones.  Fundamentalmente, durante los ocho siglos de presencia musulmana se puede decir, y así lo afirman muchos académicos, que se forjó un habla criolla riquísima y singular. Es lógico pensar, que la influencia de una mayor cultura y unas peculiaridades muy arraigadas en el territorio de lo que hoy es Andalucía pudieron ejercer una influencia importante en los vencedores, más allá de que estos impusieran a golpe de leyes y pragmáticas su lengua, su cultura y su religión. Y, como vencedores, intentaron borrar, sin conseguirlo, muchísimos rasgos propios. 

El andaluz, en su origen podemos decir que es una lengua criolla aljamiada-mozárabe-castellana, por tanto no puede considerarse dialecto del castellano.

Hay aún mucho que decir, mucho que descubrir y que investigar pero creo que cada vez hay menos dudas sobre que el andaluz es una lengua criolla, por tanto lengua propia de Andalucía, como afirman muchos componentes de la Junta de Escritores en Andaluz y otros académicos, porque combina rasgos fonéticos, morfo-sintácticos de la aljamía, con una base léxica esencialmente castellana, salpicada con otras voces léxicas del mozárabe conteniendo, además, palabras que no tienen correspondencia en castellano. 

 

El andaluz es una lengua materna, vehicular de Andalucía. 

 

Y hoy, tan cerquita de ese 28F, día oficial de Andalucía, he amanecido pensando ¿No será que es el castellano una modalidad lingüística del andaluz y no al contrario? 



 

 

 

06 febrero 2021

Un acento con tapa de huevo frito

Un acento con tapa de huevo frito

 

Parece que se ha calmado el revuelo del spot de la cerveza con acento y, con más distancia, dejo algunas breves notas que quise escribir en medio de la tormenta pero no era el momento. Dicen que es bueno contar hasta 10, 100 0 1000 antes de que las vísceras sean las que hablen por ti. Y eso he hecho.  He contado mucho mas de 1000 en estos días de reflexión pero, en este caso, no me ha servido de mucho porque el sentimiento es el mismo, no se ha movido un ápice por mucho que haya leído tanto elogio, tanta conclusión de resurgimiento andalucista, tanta columna con teorías que no sólo entristecen a quienes creemos que hay sectores que lo deberían tener claro sino que te invitan a comprobar que han cambiado muy pocas cosas, desafortunadamente. 

La colonización es tan grande como imperceptible, tan sutil como cruel y llega hasta lugares y grupos insospechados, a los que creías libres de virus enajenantes. 

Con tanto como tenemos con qué poco nos conformamos, con qué poco nos contentan. Nos conocen bien, saben cuales son nuestras debilidades, lo saben en los despachos del poder y lo saben en los despachos y reuniones de creativos publicitarios, a los que no les presupongo mala intención, pero desde luego, lo que no les supongo es consciencia de pueblo. 

Nos han reducido a un acento y estamos encantados. Somos un acento, toda nuestra historia, nuestra cultura, nuestra lucha queda reducida a un acento vinculado al folklore por mucho que lo disimulen con uno o dos grupos, imágenes o frase… la figura que reivindica el acento en ese “prodigio” de la técnica siempre fue símbolo de lo español, de España, para que nadie se llame a engaño. Y lo demás, lo andaluz, era un acento vinculado al hambre , la picaresca y la incultura. La memoria flaquea y olvida con facilidad. Nada es gratuito, nada es casual, nada es “solo” comercial. Pero nos conocen tan bien… 

Yo reniego de ese poderío vacío de poder. Yo reniego de ese poderío que nos roba la consciencia y nos sigue manteniendo en la sumisión. Yo reniego de ese poderío folklórico que tanto daño hizo a Andalucía y al que quieren vender como una brisa de aire fresco en una tierra que lo que necesita es justicia, poder propio, consciencia y mucha, mucha cultura y conocimiento de sí misma. No necesito que una multinacional aliente nuestro orgullo reduciéndonos a un acento, a un huevo frito, a tres frases aplicables a cualquier pueblo al que le quieran vender una cerveza. Pero nos conocen bien… tanto que hasta algunos acreditados andalucistas se han dejado arrastrar y sacado conclusiones que no puedo compartir. 

El marketing invade también las entrañas de la política, las redes, los mensajes facilones, los que no molesten y sean amables y "modernos" para lo que dicen que son otras generaciones, con otros lenguajes, con otras formas y yo, que vengo de un mundo artístico donde la vanguardia ha primado, donde lo que ha hecho que el mundo conozca el dolor, la rabia, la lucha, la rebeldía andaluza es el talento, la ruptura de fondos y formas que construyeron con los  clichés que sembraba y sigue sembrando ese falso poderío que ahora nos venden y volvemos a comprar, que por conocer lo que he tenido la suerte de conocer, me parece todo lo que quieren vender por nuevo tan antiguo, me niego a seguir la corriente, me niego a ser reducida a un acento con tapa de huevo frito. 

Y si lo puedo decir alto y claro es porque he perdido muchas oportunidades profesionales en mi vida , precisamente, por defender el andaluz y negarme a utilizar el castellano. 




Carmina Burana de Salvador Távora
con otro  "acento". 



03 diciembre 2020

 


2020

4D: UNA PATRIA EN LA CONCIENCIA

 

Quizás nacemos ya con ella y con todo un bagaje inexplicable de eternos retornos que no pueden descifrarse ni entenderse con los habituales códigos que manejamos. No lo sé, no me he dedicado a buscar explicación porque tampoco me preocupa poder o no explicarlo. No tengo que darle cuentas a nadie, ni justificar nada. 

Soy hija de un pueblo herido y siento su herida como herida propia, su dolor, como propio dolor. Una herida que parece no cerrar, que supura por los costados, desangrándose lentamente siglo tras siglo. Y, sin embargo, sigo presintiendo que hay un pueblo capaz de curarla, un pueblo en el que sigo depositando esperanzas y en el que sigo confiando contra vientos, huracanes y mareas que intentan arrasar cualquier covencimiento.

Hace 43 años, poquísimos comparados con la inmensidad del tiempo, que, a contracorriente, mi pueblo, mi gente, mi arbonaida llenaron las calles y el aire andaluz con un grito de esperanza, de liberación, de dignidad, de compromiso. Y en aquellas calles, en aquellos gritos y en aquellas arbonaidas habitaban, juntos, pasado, presente y futuro mientras generaciones muy anteriores nos miraban expectantes desde sus atalayas inmateriales. 

Desde entonces fueron naciendo y creciendo hasta hacerse adultas las desilusiones, fueron disipándose los gritos y las arbonaidas, aquellas que florecían en cada balcón, en cada ventana y que como las golondrinas anunciaban una nueva primavera de amapolas, trigos y tierra sin amos, iban quedando huérfanas de contenido, del significado de los símbolos, para ondear sin mensaje, yermas, en oficiales y estériles mástiles. Muchas veces, cuando las miro, me evocan a esos sueños en los que gritamos angustiados pero nos sale la voz y nadie nos oye 

 

43 años desde aquel 4 de Diciembre de 1977 y aún y a pesar de que las maniobras de desarticulación de la conciencia andaluza desde el poder andaluz y estatal y desde otros poderes no sólo políticos, dieron sus frutos, a pesar que las hijas y los hijos de esta tierra deambulan entre las tinieblas del desprecio lingüístico , de las largas colas en las puertas de las oficinas de desempleo, de los laberínticos formularios de ayudas mínimas para salir a la superficie desde las oscuridades de los pozos sin fondo, de los requisitos para parados de larga duración, de las de los comedores públicos, de la del tópico y la suplantación de la identidad, de la de la indigna dependencia económica de una tierra rica, de la reforma agraria pendiente y urgente, de la de la nueva emigración de su gente joven, de la de la carencia de estructuras de comunicación que impide un necesario desarrollo,  de la falta de industrialización, del sometimiento al centralismo, de la aculturación y la globalización enajenantes, viviendo una realidad que visten de lunares y volantes en ferias y romerías  - cantando la pena, la pena se olvida-  ajenos al propio poder, a la historia propia, indiferentes y muchas veces enemigos de sí mismos… a pesar de todo , vislumbrando entre esas tinieblas, yo sigo creyendo en mi pueblo, sigo creyendo en una Andalucía viva y con una infinita fuerza interior de la que, posiblemente, no es consciente pero que no tengo ninguna duda que habita entre nosotros y nos hace, como al ave fénix, renacer de nuestras cenizas y construir, una y otra vez, sin abatimiento, nuestras propias herramientas para superar las adversidades y salir de nuevo a la calle, con nuestros gritos de liberación y esperanzas, nuestra dignidad, nuestros compromisos y nuestras arbonaidas que , como en esos carnavales gaditanos, no cesan de afirmar que “verde y blanca es nuestra sangre” . 

 

Puede que se trate de una cuestión de la poderosa fe, pero tengo fe en mi pueblo andaluz, en la capacidad de sus gentes, en la valentía de sus luchas, en la bendita forma de celebrar la vida por encima de las dificultades. Sí, soy hija de un pueblo herido pero también soy hija de un pueblo que emana luz y proyecta su generosa alma al resto de la humanidad.

 

 43 años después, en este 4 de Diciembre de 2020 - año singular- la fe , el amor y la esperanza en este pueblo y en su soberanía, tiene que volver a reescribirse con una clara afirmación :  la de que somos capaces de volver unidos a demostrar que Andalucía, el pueblo andaluz, es un sujeto político y que no está dispuesta a permanecer muda mientras hablan todas y todos los demás, que no quiere vivir de migajas centralistas ni de obediencia a quienes ni la miran ignorando conscientemente su existencia pero que saben maquiavélicamente disfrazarse de verde y blanco cuando llega el mezquino mercadeo de las urnas. 

 

Este 4D no debe, no puede ser uno más en el que conmemoración atomizada de quienes lo consideramos Día Nacional de Andalucía, lo celebramos y reivindicamos  mientras la mayoría -entre la que se encuentran las y los jóvenes andaluces- ni siquiera sabe ya qué pasó hace 43 años.  No puede repetirse. Que el 2020 se vaya con todos sus males a cuesta. Todos – que no han sido pocos- y consigamos la sanación que , indudablemente, unidas y unidos nos llegará antes y nos hará más fuertes. 

 

Hay amores y llamas que no se apagan nunca, que perviven en ese eterno retorno del que hablaba, que son indestructibles porque están en lugares escondidos a donde los GPS nunca conseguirán llegar.  Aunque me tomen por loca, afirmo que la soberanía de este pueblo está en marcha, que las antorchas siguen encendidas y que, de nuevo, vamos a intentarlo, enarbolando nuestra arbonaida con toda su carga simbólica en la que siguen vivos los ecos de los siglos y de quienes, antes que nosotros, la enarbolaron de todas las formas posibles.

 

Y volverán los trigos, los campos abiertos y sembrados de esperanza, las amapolas, la altivez de los aceituneros, el digno sudor de la Andalucía trabajadora, la poesía, la música, el teatro, el cine, la danza, el flamenco, la pintura, la escultura… y oiremos que oyen otros oídos, y veremos que miran otros ojos junto a los nuestros y sabremos - como decía el poeta- que se nos une el pálpito de otra sangre y volverán los sueños y el duende a decir que no estamos solos, a defender y a posicionarse al lado de esta tierra que los necesita y a seguir apostando por un futuro distinto con diseño propio porque todavía nos queda, sin lugar a dudas – que no lo dude nadie- una patria en la conciencia. 


¡Viva Andalucía Libre y Soberana!

 

 

09 febrero 2020

Salvador Távora. 8 de febrero 2020






Hoy, hace un año que decidiste viajar a otros universos en los que seguirás, incansable, creando. Tal vez vuelvas algún día de nuevo a este planeta en el que se necesitan y se seguirán necesitando a muchos como tú. Me gusta definirte como guerrero de luz, que nos ilumina con su sabiduría, esa que no se adquiere en las universidades sino en las profundidades de la tierra y en la esencia del SER. Viniste a cumplir la misión del Arte : zamarrear consciencias y lo conseguiste. Recorriste el mundo con tu gente, tu cultura y tu verde y blanca como equipaje. Con la dignidad de no haber permitido el soborno político ni la prostitución de tu creación. Viviste con la humildad de los grandes y dando voz a la necesidad de esos “nadies” a los que escribiera Galeano y que subías al escenario cada día. Te reconocieron en todo el mundo, en los cinco continentes a los que mirabas desde tu ventana de tu barrio de trabajadores en el que nunca dejaste de vivir. Desde el Cerro a Nueva York siempre con el billete de vuelta por mucha oferta tentadora que te hicieran para vivir en otro lado en el que, sin lugar a dudas, hubieras sufrido menos y te hubieran cuidado mas. Pero no viniste a recibir sino a dar, por eso el último paisaje desde tu ventana fue el mismo de siempre porque te mantuviste fiel a ti mismo y a la gente que representabas. Y tu ambición era solo la de poder seguir dándoles voz. 

Nos diste unas cuerdas de las que tirar en aquel QUEJÍO tuyo que asombró y removió al mundo y ahí siguen esas cuerdas extendidas para quienes vuelvan a querer tirar de ellas y mover el bidón que nos oprime, ahora de manera distinta, envenenada y maquiavélica, pero esencialmente igual. Posiblemente nos estés mirando y comprobando, con dolor, que no aprendemos de la Historia pero, como guerrero de luz, a pesar de todo, nos sigues alentando a seguir adelante porque nunca perdiste la esperanza.
Tuve la suerte de que fueras mi padre y de ser tu aprendiz, no hay mayor ni mejor herencia que haber sido tu hija, que llevar tu sangre y tu legado moral que es inmenso y que me sirve para andar por este mundo de tanto ego, de tanta soberbia, de tanta banalidad y escaparate, de tanta bisutería elevada a la máxima potencia. 
Hace hoy un año, quiso el universo que así fuera y así lo asumimos porque la muerte es solo un paso mas de nuestra larga existencia. Aún así, se te echa de menos guerrero, se te echa mucho de menos y te necesitamos. 
Nos volveremos a ver porque sentir, en estos 365 días te he sentido cerca y siempre a mi lado. 

" Yo creo que el teatro debe ser un reflejo de tu personalidad y tu compromiso como persona con tu sociedad , con tu gente y con tus aspiraciones que no pueden ser solo personales sino colectivas"
Salvador Távora

09 agosto 2019

10 de Agosto : las flores de la hipocresía.

Se acerca, como todos los años, el 10 de Agosto, día de homenaje a Blas Infante en el Km 4 de la carretera de Carmona, donde fue asesinado. 
También, como todos los años, cada uno depositará su ramo de flores a un Blas Infante distinto y adaptado , siempre para descafeinarlo, a sus propias ideas que no eran -son- las de Infante. Basta leerlo para saber quien era y a qué aspiraba. 
Cuando un hombre siente, piensa y escribe a lo largo de su vida sobre un ideal, con un objetivo político , social y cultural, sus escritos y sus pensamientos evolucionan a medida que lo hace él mismo. Por ello, sus sentimientos y pensamientos sobre Andalucía están mucho mas acorde con “el Complot de Tablada” que con el Ideal andaluz, ese del que todos sacan las mismas cuatro frases complacientes -fuera de contexto- que les son muy útiles para demostrar que Blas Infante fue y pensó cómo ellos hubieran querido que fuera y que pensara. Ninguno de los que utilizan esas frases sueltas ha leído a Blas Infante, ni siquiera su Ideal Andaluz del que él mismo dice tuvo que dulcificar y moderar para poder seguir actuando y escribiendo sin que se le cortaran las alas a la primera. 
En Blas Infante había muchos matices, era un hombre complejo, intelectual, político y, sobretodo, un hombre humano y con una enorme sensibilidad social que vino a revolucionar lo andaluz, a contagiar a los andaluces y andaluzas, junto a otros hombres y mujeres, su pasión y sus ansias de revolución, de cambio radical en Andalucía, de denuncia de desigualdades e injusticias cometidas contra este país andaluz a lo largo de siglos en un contexto social, cultural y político en el que correteaban a su antojo, el analfabetismo, la opresión, la explotación y la marginación de todo un pueblo, al que sus clases dirigentes volvían, una y otra vez, la espalda para mirar siempre hacia Madrid y sus tierras, las que dan riqueza, fruto y autoestima, estaban en manos de terratenientes que trataba al jornaleros  andaluz como ganado – o aún peor- .
Infante era un hombre adelantado a su tiempo, muy adelantado a su tiempo e incluso al resto de líderes políticos nacionalistas porque su nacionalismo era el único de izquierda e integrador y su “pedid tierra y libertad” el grito mas revolucionario. 
El contexto es otro, pero esencialmente se repite, solo hay que mirar los datos actuales concernientes a la Andalucía del 2019.  
Por eso a Blas Infante lo asesinan todos los años en el mismo Km 4 de la carretera de Carmona muchos de los que , hipócritamente, hacen su entrega floral.  Lo volverán a asesinar mañana los que gobiernan con los que ultrajan su nombre. Lo asesinarán mañana los que ocultan su verdadera esencia a las y los andaluces en la historia que reflejan los libros de textos. Lo asesinaran mañana los que dulcifican su mensaje social y político para que este pueblo andaluz no logre tomar esa conciencia imprescindible para el avance y por la que Infante tanto luchó. Lo asesinarán mañana los que pretenden reducirlo a llevarle flores cada 10 de Agosto y dejar sus conciencias tranquilas y su “obligación oficial” cumplida, los que no han gritado ni una sola vez en su vida “Viva Andalucía Libre” en ningún acto oficial, quedándose en un folklórico “Viva Andalucía” a lo que añadirían con gusto “y Viva España” . 
Ignoran -o quieren ignorar muchas y muchos- incluso los que siguen diciendo España cuando cantan el himno- que aquel “Por España y la humanidad” se refería a una España Republicana, anterior a la dictadura franquista y a la de los azules asesinos de Blas. No es esta España la que Infante tiene en el escudo, es la España Republicana, que pedía federalismo, confederalismo y abolición de los poderes centralistas. Esa es la España del Escudo de Andalucía por si alguien quiere seguir adulterando el mensaje de Infante que sepa, que esta actual España no cuela , ni es la del escudo andaluz. 
Otro 10 de Agosto, el mismo calor, repitiendo un necesario ritual en el que debería haber mas calle y menos artificio. Para ello necesitamos esa imprescindible conciencia.
Allí estaremos todas y todos mañana, muchos incómodos y deseando que acabe el acto para no volver a pronunciar ni escuchar el nombre de Infante hasta el próximo año y para seguir borrándolo como puedan durante los 364 días anteriores. 
Allí estarán mañana los que gobiernan con quienes lo insultan entregando las flores más hipócritas que puedan entregarse en un acto porque el verdadero homenaje debería consistir en no gobernar con quienes desprecian al propio Parlamento de Andalucía. 
Allí estaremos, también, los que hemos estado siempre, años tras año - solos muchas de las veces- para recordar su asesinato y darle vida a su obra y a su pensamiento y ojalá pronto podamos también llevar flores a su tumba. Otra de las deudas pendiente con Infante. 
Allí estaremos mirando con él al futuro y nuestro grito de liberación seguirá siendo el suyo, el del Infante actual y revolucionario de “El Complot de Tablada”, el del Manifiesto de la Nacionalidad, de la asamblea de Córdoba y de Ronda, el del himno y el escudo y el de la bandera blanca y verde y seguiremos gritando con él, como aquel 10 de Agosto en el Km 4 de la carretera de Carmona: 

                                                ¡VIVA ANDALUCIA LIBRE!