28 enero 2016

Gelem. Gelem


Gelem Gelem…
Anoche, subieron por los muros de la Casa de Sefarad en Córdoba los gritos de miles de gitanos desde la garganta de una sevillana gitana y judia : Macarena Giráldez.

Eran ellos gritando su dolor, su desgarro dentro de aquella barbarie de los “civilizados arios”, de aquellos terroristas legitimados por gran parte del pueblo.
Los quejíos rotos del flamenco nacieron del dolor, por eso, en ocasiones como estas y en artistas como Macarena, los “ays” que se intercalaban con el “Gelem, Gelem” arrancaban escalofríos imposibles de describir con palabras.
Allí quedó ese irrepetible Himno Gitano, en la noche cordobesa, en aquellos muros de la Casa de Sefarad que tantas cosas podrían contarnos de nuestros antepasados andalusíes, de los que tantas cosas tenemos que aprender.
Allí quedaron los gritos y los silencios de un flamenco personal para recordar a aquellos hombres, mujeres y niños victimas inocentes , a aquellos gitanos cuyo delito era solo ser gitano.

Las murallas cordobesas por donde resonaba aquel Gelem Gelem de anoche, recuerdan quejíos similares, desgarros de aquellos hijos e hijas expulsados andaluces que las miraron por última vez rotos de dolor mientras los obligaban a abandonar su tierra. Por eso anoche tuvieron que acordarse de aquellos que las levantaron y temblaron también de escalofrío mientras grababan en sus venas el grito sobrecogedor de Macarena que quedó por siempre guardado en aquellas murallas de Córdoba un 27 de Enero de 2016 para recordar a todos los olvidados. 

GELEM. GELEM...


Porrajnos : el holocausto gitano


Ayer, 27 de Enero en la Casa de Sefarad de Córdoba recordamos a los grandes olvidados del Holocausto: Los Gitanos. Tuve el honor de intervenir, de poder dejar parte de mi emoción en una noche que se lleva con ella nuestros recuerdos y nuestras palabras para depositarlas - seguro - en el lugar adecuado. 
En este blog - al que acudo poco- dejo las que guiadas por los sentimientos que me produce aquel horror, aporté al acto. Gracias a Sebastián de la Obra por invitarme. 

"Que pena de los gitanos, decía Federico. Pena limpia y siempre sola" . Que solos, que abandonados debieron de sentirse aquellos cientos de miles de gitanos bajo la barbarie nazi a la que eran tan ajenos, bajo los uniformes de crueles militares tan lejanos a su mundo. Que solos, que olvidados en esta inhumana historia del holocausto. 
Les cambiaron los campos de amapolas por campos de concentración
Les cambiaron el aire libre de los caminos por cámaras de gas
Les cambiaron el moreno de sus pieles por el amarillo de la enfermedad
Les cambiaron las risas felices de sus niños por experimentos mortales de laboratorios.
Les cambiaron los derechos humanos por “políticas legitimas” de esterilización y deportación.
Les cambiaron sus fuegos y sus danzas familiares por angustia y sufrimiento.
Si hubiera sido por ellos, por esos animales del odio y la sinrazón, los gitanos sólo serían ya una página en la historia
Pero el universo no obedece las leyes de los asesinos ni escucha sus corazones
Ni el alma de la tierra hubiera podido soportar tanto dolor. Por eso mandó a sus legiones de amapolas a inundar aquellos campos de la muerte en homenaje a la sangre de sus victimas y señalando que no vencieron, por eso permitió que siguieran adornando la vida con sus pieles morenas, por eso los experimentos se escaparon de los laboratorios para convertirse en música, por eso, a pesar de las bárbaras “políticas legítimas” la esterilización no dio su frutos y siguen abriéndose cada año miles de ojos negros que en vez de mirar con rencor, miran solo pidiendo justicia.
Ojalá algún día haya justicia para los romaníes, para lo gitanos y gitanas de la tierra.
Ojalá algún día, esos ojos negros, esas pieles morenas y esos espíritus libres puedan dejar de pertenecer al mundo de los olvidados.
Aquí estamos hoy para recordarlos y honrar su memoria y su historia. 

18 diciembre 2015

El voto 20D... a contracorriente.



Parece que todos en estos últimos días están empeñados en que no olvidemos ciertas cosas antes de coger la papeleta e introducirla en las urnas.
No voy a hacer ningún análisis sesudo ni intelectual ni en esos términos políticos que tanto nuevos como tradicionales usan ya en sus discursos repetitivos. Voy solo a no olvidar antes de coger la papeleta ya que tanto me lo recomiendan desde las tribunas televisivas. Y voy a volver a repasar ciertos videos que ahí están en la red para volver a escuchar lo que hoy han cambiado radicalmente sin ni siquiera gobernar algunos de los grupos que quieren dirigir este Estado.
Es curioso cómo el marketing televisivo puede arrasar con las ideas que en algunos creíamos arraigadas y sinceras. Es para analizar como se puede ignorar conscientemente lo que no nos gusta para votar llevados por unas corrientes que nunca desembocarán en esta tierra. Es bueno ver quienes van en las listas y quienes son si nos tomamos la molestia, porque no se vota al líder, se vota a los que van en las listas de cada territorio andaluz que acabarán – como todos- pulsando el botón que decidan en Madrid.
No, yo al menos no. Crecí con un defecto – compruebo a diario que debe ser un defecto - que es la coherencia. No puedo estar convencida -e intentando convencer a los andaluces cada vez que puedo- que ningún partido estatal luchará nunca por Andalucía, que vienen por los votos del mayor territorio del Estado disfrazados de lo que haga falta  - que pena que las elecciones no hayan coincidido con los carnavales-,  que sin una fuerza andaluza no vamos a tener nunca ese lugar necesario y conquistado por derecho y por lucha en ese debate constitucional que se nos avecina, que nuestra obediencia debe ser andaluza para que nuestra voz de pueblo se escuche fuerte y rotunda en Madrid,  y ahora votar en secreto a un partido estatal dentro de la izquierda por mucha banderita andaluza que ondeen en sus mítines porque la escenografía no me va a mover un ápice de mis ideas.
Creo que tenerlas claras no va con la corriente en estos días de elecciones pero qué le voy a hacer si siempre fui sincera y jamás escondí ni mentí sobre lo que quiero para está Andalucía desierta.
Voy a votar, claro que voy a votar. A las mujeres nos costó la vida conseguir el voto y poder participar en la vida política y social para que ahora nos quedemos en nuestras casas en elecciones. Voy a votar. Voy a coger mis dos sobres y en uno pondré “supresión de este senado” y en el más importante - después de cerrar los ojos y pedir un deseo con todas mis fuerzas-  introduciré una bandera verde y blanca donde escribiré “Viva Andalucía Libre” y pensaré en todos los que dejaron su vida , su esfuerzo, sus ilusiones y su trabajo por ella. Mi voto no será para ningún partido estatal y será nulo para la oficialidad pero muy válido para mi y para mi conciencia.
Y voy a sonreir, no se preocupen que no se me borra la sonrisa, porque mirando al futuro sigo viendo a un pueblo capaz de autoafirmarse y  despertar de su largo letargo.  Y si no fuera así también tendré motivo para sonreir este 20D porque he ejercido mi derecho al voto y mi voluntad intocable por los medios de comunicación, porque no me he dejado llevar por la moda política, porque no me han convencido y porque , a pesar de todo, siempre me habrá merecido y me merece la pena luchar por esta tierra andaluza. A mi manera y a contracorriente. 

08 diciembre 2015

7D : el concurso televisivo



Lo llaman debate y cuentan que es decisivo. El autobombo y la vanidad de las cadenas televisivas no tiene límites. Ellos hacen lo que deben porque el dinero manda y hace falta audiencia para que el capital siga alimentando a las cadenas. Otra cosa para analizar aparte es esa ciudadanía que se hace eco de lo que las cadenas ordenan.
Lo llaman debate y hablan de ganadores y perdedores.
Lo llaman debate y democracia y no están todos los que son. Es más, están los que aún no son eliminando a los que son y ni siquiera reclamando que estén todos apelando a esa verdadera democracia que dicen que traen debajo del… bueno muy debajo tiene que estar porque no sale por ningún lado. El haber consentido ese debate sin los otros habla por sí.
O sea que la presidencia del Estado Español se juega en un concurso televisivo que gana o pierde quien haya preparado mejor su actuación y sus respuestas o quien haya dado un golpe de efecto – dicen – en el mensaje final o quien lleve mejor puesta la chaqueta o la corbata del color más adecuado… o vaya en camisa.
En el concurso – que llaman debate – se presentaban cuatro contrincantes para ganarse unos a los otros. No para afrontar ante los ciudadanos la responsabilidad de estar en unas elecciones decisivas – eso si que es decisivo y no el debate- sino para ganarse los unos a los otros, para ver quién ha sacado más puntos en esa respuesta concreta, quien le había dado más fuerte en el costado al otro, quien tenía la mejor sonrisa o a quien le temblaban menos las manos, para jugar a eso de estar preparado siempre por si te coge un plano no previsto mientras habla el otro y tener el gesto adecuado…
Como si la política se redujera a un concurso que ganar , a unas respuestas que gana quien más recursos personales tenga, quien más acostumbrado esté a las cámaras, quien menos nervioso se ponga, quien mas muletillas use para poner nervioso a los demás… lo de menos es la política, lo de menos es lo que han hecho y dicho todos estos últimos cuatro años, lo que han cambiado de su discurso o no , lo que pueden aportar al futuro, lo que es creíble y lo que es ciencia ficción, lo que nos ofrecen de verdad a la sociedad y, particularmente  - en nuestro caso- a una Andalucía siempre espectadora y nunca protagonista de nada por sí misma, reina del paro, el fracaso escolar, la desindustrialización, la pobreza infantil, la enajenación y un dolor tan incrustado que casi ni se nota de tanto analgésico.
Y nos lo venden como histórico con toda la parafernalia y el contubernio de los “grandes expertos del periodismo político” de la cadena. Histórico desde luego… pero por razones muy distintas.
Los que dicen luchar contra el capitalismo se prestan a los juegos del capitalismo para sacar votos, para hacerse populares para llegar a conquistar el poder al que aspiran. Todo vale. Ir a concursos, hacer que los concursos parezcan debate, no solicitar la presencia de quien debe estar para ese “hola 2016” y encima hablan del cambio de la ley electoral que no es justa… todo vale. La incoherencia también. Un concurso no exige coherencia sino golpes de efectos y respuestas bien preparadas y "naturalidad". Las meteduras de pata sobre nuestro 4D tampoco importan. Total si los andaluces no se van a sentir ofendidos, si son mu buena gente y luego les ponemos chirigotas y se les olvida todo … que más les da que se haya metido la pata y dicho una barbaridad… si luego decimos que se ha querido decir otra cosa y ya está. Se conforman con poco estos andaluces…  si ni ellos mismos saben para qué se salió a la calle el 4D. Pregunten, pregunten en la calle a los jóvenes… Ven? No lo saben.
Lo mismo no hay ni que votar… quien gana el concurso gana el Estado. Si fuera por las cadenas hasta las elecciones se eliminarían. Ellos son mucho más poderosos que el pueblo.
¿Que era un debate? Disculpe entonces mi torpeza. No me di cuenta. Pensé que era un concurso. Y no encuentro al ganador. Veo a millones de perdedores llamados andaluces y para colmo me tendré que acordar siempre porque era mi cumpleaños. 

21 noviembre 2015

La Marsellesa


LA MARSELLESA

Ni la sé, ni la voy a aprender ni la voy a cantar. Para hacerlo tendría que aprender todos los himnos de todos los países donde a diario mueren seres humanos victimas del terrorismo y la barbarie a la que no se le llama terrorismo como esos seis millones de niños al año que mueren por causas evitables, o los que fusilan los mismos terroristas, o los que matan otros para traficar con sus órganos , o los que están a merced de cualquiera en países que también se rasgan las vestiduras en casos como los de Paris. Cada día mueren asesinadas miles de mujeres en el mundo y hay miles de victimas del mismo terrorismo que atacó Paris y de otros terrorismos. Y no pasa nada.
Nos dejamos llevar por los medios, por las puestas en escenas políticas, por las “grandes palabras” vacías no solo de contenido sino de verdad. Los mismos que venden armas y alimentan el terror se rasgan las vestiduras ante atentados como los de Francia y nos arrastran con ellos obligando a seguir sus dictados de lo que es bueno, malo, correcto, incorrecto, importante o despreciable. Nos niegan el valor del pensamiento, de la critica, del análisis propio del mundo. Nos niegan el negarnos a seguirlos por miedo a no ir con la corriente y que nos señalen como “raros”. Siempre el miedo amenazando la libertad personal y colectiva.
No compro que haya vidas más importantes que otras, que haya víctimas de primera y de segunda. No admito que miles de personas victimas del terror sean noticia de un día y olvidadas el siguiente y que se cambie de la noche a la mañana una Constitución por otras que seguirán siendo “noticia importante”  durante meses y movilizando a la comunidad política internacional. No. Todas duelen, todas son asesinadas, todas tienen madres, padres, hermanos, pareja que las quieren y que se rompen de dolor. TODAS.
Países hipócritas que han hecho estragos en su historia – grandes estragos- y que siguen viviendo de las rentas de un hecho como la Revolución Francesa en la que se mataron a 30.000 personas sin juicio y sin motivo justificado que no eran precisamente nobles. No hablemos de Argelia ni de tantas otras ocasiones donde la fraternidad. La igualdad y la libertad eran solo para ellos pero no para los demás. Y ahora nos meterán en una guerra. Y tocaremos las palmas y cantaremos la Marsellesa viendo a nuestros hijos con los fusiles en las manos. Ahora si. Cuando todo se pudo evitar y resolver de otra manera no. Cuando les interesaba crear el caos porque tenían y tienen grandes intereses económicos – que no valores humanos-  no importaba que el terror aniquilara a diario a miles de personas. De niños. De inocentes civiles Esas vidas no valen lo que las francesas. Esas vidas son las de “los nadies” y no valen nada para ellos.
No. No voy a cantar la Marsellesa. Condeno el terrorismo venga de donde venga cuando se lleva por delante víctimas inocentes de la sociedad civil, cuando impone la ley del miedo, cuando atenta contra los derechos humanos, cuando asesina indiscriminadamente., cuando se usa la religión como excusa condenando además a todos los que practican esa religión en paz. Pero no voy a cantar la Marsellesa porque , además, es un himno creado para la guerra y yo no entono himnos de guerra.